Transporte público
Los Subtes de Buenos Aires, una fuente de discriminación para personas con discapacidad motriz.
Cada día hábil más de 1.300.000 de personas viajan en las seis líneas de subterráneos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El subte va lleno y la demanda aumenta. Pero no todos los ciudadanos pueden hacer uso de este transporte: sólo 32 de las 83 estaciones de subte son accesibles para las personas con discapacidad motriz.
Subte de Buenos Aires es la red de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires, que se compone de seis líneas ―A, B, C, D, E y H― y que cuenta con una extensión total de 60,8 km a lo largo y a lo ancho de CABA. El sistema de trenes también posee el Premetro, un tranvía con dos ramales. La red es propiedad de la compañía gubernamental Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), pero desde 1994 los subtes se encuentran bajo una concesión a la operadora privada Metrovías.
La primera línea de subtes, la actual línea A, se inauguró hace 105 años, en diciembre de 1913. Fue la primera línea de metro que se construyó en América Latina. La red continuó expandiéndose y sumando nuevas líneas con rapidez durante las primeras décadas del siglo XX, crecimiento que se vió disminuido fuertemente luego de la Segunda Guerra Mundial. Recién a fines de 1990 se comenzó un nuevo proceso de expansión de la red con el planeamiento de cuatro nuevas líneas.
Hoy en día, las seis líneas de subte transportan diariamente a más de 1.300.000 personas, de las cuales sólo un mínimo porcentaje representa a pasajeros con discapacidad motriz, ya que según un relevamiento realizado por la justicia porteña, el 66% de las estaciones son inaccesibles para los mismos. El informe establece que “la gran mayoría de las estaciones carece de ascensores” y en aquellas que los poseen “su utilidad se ve mermada en numerosos casos por falta de funcionamiento, desperfectos técnicos o bien por falta de higiene y mantenimiento”.
La mayoría de las estaciones de subte no cumplen con los requisitos de accesibilidad para personas con discapacidad motriz establecidos por ley, aunque en sus informes de operación y gestión aseguran encontrarse en perfecto cumplimiento legal. Esto imposibilita a las personas con discapacidad motriz a que puedan utilizar dicho transporte, no prestándoles la atención necesaria y excluyéndolos de la sociedad.
Las fundaciones Acceso Ya y Fundación Rumbo adhirieron a la investigación del caso y realizaron sus investigaciones de manera independiente. Las mismas confirmaron la situación problemática de uno de los principales medios de transporte de CABA: “casi el 70% de las estaciones de subte no brindan un servicio confiable para ser utilizado por una persona con discapacidad motriz o movilidad reducida, dependiendo del funcionamiento o no de los ascensores. A su vez, el mantenimiento de los mismos es ineficiente y su reparación puede demorar semanas o meses”.
Frente a esto, el Poder Judicial del GCBA, dictaminó en marzo de este año mediante la redacción de una cautelar a cargo del Juez Roberto Gallardo del Juzgado N°2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, la obligación de implementar un sistema de asistencia mediante dispositivos similares a los “Totem SOS” utilizados en Río de Janeiro con motivo de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del 2016. La medida fue pensada como una manera de garantizar las condiciones de accesibilidad en la red pública de transporte subterráneo, pero al igual que los demás requisitos relativos a la problemática establecidos por ley, tampoco fue llevada a cabo hasta el día de hoy.
Las víctimas de esta situación denuncian frecuentemente los problemas a los que se enfrentan a la hora de viajar en subte, pero no se observa una solución clara al respecto. La Gerencia de Relaciones Institucionales y Comunicaciones de SBASE afirma que todas las estaciones de subte fueron planificadas y edificadas en base a las normativas vigentes en la ciudad, que son: el Código de Planeamiento Urbano, el Código de Edificación de la Ciudad, y la Ley de Impacto Ambiental de la Ciudad; mientras que al mismo tiempo se respalda en la Ley 5885 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que establece la concesión del servicio público SUBTE a Metrovías. La operadora tiene bajo su cargo la operación y mantenimiento de los subterráneos y es quién debe garantizar el control legal, contable y financiero de los mismos.
Federico Rossiter, Gerente de Comunicaciones, Relaciones Institucionales y Relaciones con los medios de Metrovías, reconoció a este sitio que no todas las estaciones de subte son accesibles para las personas con discapacidad motriz y justificó la problemática desde diferentes aspectos. Por un lado, Metrovías sostiene que cuando se inició la construcción de los subtes hace más de 100 años no existía la misma concientización por las personas con discapacidad motriz que hay hoy en día, consecuentemente la infraestructura de las estaciones de subte no es en todas igual. Cada línea posee una posibilidad infraestructural distinta a la hora de llevar a cabo una reforma en pos de lograr la accesibilidad para todos los pasajeros. Por otro lado, desde la operadora se hace hincapié en que durante la “Emergencia Ferroviaria” ocurrida en el período gubernamental de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), a Metrovías solo se le permitió solicitar y utilizar fondos destinados únicamente a el funcionamiento de los subtes. Todas las reformas relativas a problemas de accesibilidad para personas con discapacidad quedaron postergadas hasta luego del final del mandato de la Presidenta.
La igualdad de circulación es una deuda pendiente de nuestra sociedad. A pesar de las denuncias realizadas por los pasajeros, de los constantes relevamientos llevados a cabo por fundaciones y de los dictámenes del Poder Judicial; la inaccesibilidad de los Subtes de Buenos Aires no cesa. Las empresas responsables mienten en sus informes de gestión, al mismo tiempo que aceptan y justifican la carencia de atención a los más necesitados por problemas económicos e infraestructurales. Es verdad que más de 1.300.000 de pasajeros (que no sufren problemas de movilidad) utilizan las seis líneas de subte para transportarse a lo largo de CABA, pero existe un sector de la sociedad que reclama sus derechos y continúa siendo ignorado por Metrovías y por SBASE: las personas con discapacidad motriz, imposibilitadas de utilizar el 66% de las estaciones de subte.